martes, 15 de abril de 2014

QUIROGA TIGER 2

10.



¡Tanta fantasía para curar la soledad!
No entendí sus explicaciones ni consigo
                           asustarme, por lo que tejen alrededor mío
toda un fábula de padecimientos. El peligro, me dicen,
                            al que estuviste expuesto,
te tiene que servir como lección. Entonces recuerdo
las palabras que intercambiábamos con el lanchero,
allí sí había una enseñanza,  
                                que aquí se olvida o se escamotea,
porque también resulta angustiante que se desprecie
lo que adora uno.



11.



Las ventanas se han estremecido.
El temporal sacude la casilla que se arraiga en la oscuridad.
Los perros aúllan debajo de los tilos.
                            Me asomo y no veo nada.
                            Hace ya tres horas que llueve torrencialmente.
Mañana viajo rumbo a los altos. Ahora me siento fuerte como un toro
                       a las cinco en punto de la tarde.
Dejo entrar a los perros, no sé de dónde me sale esta piedad.
Están lloriqueando. Están mojados.
              Uno se sacude y me salpica la cara.  
                            Claro, estoy despierto…
                            y no espero más que ellos,
que me vayan abriendo las puertas
cuando ya todo parezca perdido,
que el final se transforme en un principio. Ayer
                a la mañana viajé hasta la ciudad
                    para  comprar alimentos y una campera impermeable. Comprendí
que la ciudad no se deja penetrar por asuntos como el tuyo,
vos y yo permanecemos atados a la fuente primordial,
oyendo un canto único en todas las criaturas que respiran con fuerza,
manteniendo el mundo marcado por un recorrido constante.
                 Lo importante
                           es que no se duerman todos en el mismo momento,
              si no que, en cambio, se vayan pasando la presencia, el mundo.
          El espumoso anaranjado del sol se lo debemos  
                             a las nubes,
                             para empezar,
 y ellos nos deben el silencio. Gracias,
le digo, esta campera sí que es bonita. Hay
                      que ver tantas cosas inútiles,
hay que equivocarse tantas veces, hay… Nadie me va a detener,
tenés que saber que voy a volver, que voy a darte un
                         elixir de hortensias y pelo de perro
por el que vas a reír más de lo acostumbrado.
Parece una banalidad, me dirían. El aburrimiento me
dedica un temporal. Yo agradezco.  
                     Comprendo a mi nueva campera,
                            comprendo el hospital. Lo importante es
la dirección en la que van la maravilla y el desastre,
que siempre se confunden. Llegan a premiar gente por lo segundo.
                    Pero esta             
                            ciencia que siento surgir en mí me marea y
le creo, comienzo a practicarla. Los resultados son copiosos
pero, de discutible valor, es decir, su valor se puede discutir,
            puede ser rechazado in toto
                                     o incorporarse a la cultura de la ciudad.
Pero el puerto no se deja penetrar. Vuelvo
con mi campera y también se marchan,  después, a contar
lo ganado, a charlar
                             de lo que pasó en el día.
En una casa como esta, donde también escuchan
la lluvia sobre el techo. Pasa: mezclaste a Agatha Christie con Platón,
sos malvado como yo. Parece que Sócrates en algún sentido
tenía dinero. Las opciones del saber son pocas, pero
la sabiduría se transforma en un múltiples-usos cuando     
                            encarna.
                   Encontramos más de su uso que de su origen.
          Voy a golpear una puerta.
He ahí un problema al que no voy a dedicarle ningún razonamiento.
                           Voy a golpear una puerta.
Voy a golpear una puerta, voy a golpear una
              Puerta. Voy a golpear una puerta..
Después del comienzo viene la primera parte.
voy a golpear una puerta.
Voy a golpear una puerta,
voy a golpear una puerta, voy a golpear
una puerta.
Así es que traje al hospital a la presencia mientras ausentaba al Tigre,
                      voy a golpear una puerta,
y luego los fui mezclando como un cocinero.
El que bebe lo que ha sido preparado con amor y lucidez
                      alcanza la felicidad inútil, es decir,
tiene una experiencia estética. Disfruta de los pajonales                  
                     podridos,
                        que ahora están pasando espaciadamente.
Por ejemplo, porque la bajante retira el cuerpo del agua de la vista
y se lleva la última sensación de nieve.
           ¿No es lindo
          permanecer inmóvil,           
               observando cómo retira su lengua de la orilla?
                   ¿No causa risa el trabajo de los pájaros del agua?
Lo que sigue es la idea de los Fantasmas.
            ¿sentís el perfume?
Si lo que escucha asusta es música de verdad. Y si
la música es de verdad los fantasmas están.
No encuentro el piloto, dicen tus amigos que en verdad te ves fatal.
                     ¿Creés en la representación automática? Una  
            tacuara
al lado de la otra. En verdad inextricable.
En la orilla la resaca que la bajante deja. Sabiendo
lo inmerecido del dolor busco una solución. Me levanto el pantalón
                 hasta la rodilla. Lo que veo es un corte de unos siete             
        centímetros. Me acerco a la orilla a limpiarme pero
un poco de barro proveniente del agua hace que el corte
comience a arderme. Entonces
                   me paso solamente la mano  
                         mojada. Saco unas medias del bolso
y me fabrico un torniquete. Hace ya más de una hora que
tropecé. Pero recién siento el dolor ahora.
                                   Me calmo. Pongo mi pensamiento en el río
y lo extiendo de orilla a orilla. Enfrente hay un muelle,
aparentemente hay una casilla, las zarzas azules no permiten                        
                             distinguir. Me reconforta saber que esperás
mi respuesta y que estoy aquí para ayudarte. Miro hacia arriba.
Este cielo podría estar sobre el mar. No voy a acometer ahora  
                           el                                                  
                     fraccionamiento del cielo ni su distribución.
No sé el Padre Nuestro ni tengo cuentas,
para dividir mi dolor y curarme con quince mantras.
Comienzo a abrirme
                        camino a través
                   de las tacuaras y las cañas.
Los hijos tienen que ser paridos para que las madres no mueran.


           
12.
           


A raíz de las concentraciones doloras
he medido la fuerza                        
de mi alegría. No todas las sonrisas son de la misma
                naturaleza.
                               Está la sonrisa del claudicante,
la sonrisa del enamorado y la sonrisa del muerto,
y las combinaciones respectivas y sus respectivos                           
                            significados.
                           La mía es la sonrisa del niño,
a cuenta de que lo más impresionante es lo que se nos
presenta
como grande y monolítico, es decir, la estimación del río, la
relación
de una isla con la otra, la relación                       
de una casilla con la vegetación circundante.
¿Creés que podrás esperarme un poco más? No estoy
seguro de si
            aún estás interesado.                     
Yo soy una parte y vos la otra.                     
Te pido por favor que traspases esta barrera de cinco
gramos y me digas: aún lo siento.  
La lancha se alejaba mientras un sol aniñado pretendía
ocupar el cielo de cabo a rabo. Atravieso una plantación de
tomates y vigilado
                     por cinco perros tanteo mi rumbo.
                       De todas formas y                        
como pasa siempre, empezamos por los otros
y seguimos con nosotros.
Comprendo que me espera un pensamiento tropical,
me acomodo
              la campera y comienzo a caminar.
                        Hemos estado dos horas y media
vadeando el Paraná, o sucedáneos suyos.  
El amanecer todavía
inmaduro me dificulta distinguir en el resplandor. Veinte
metros más
                                              adelante hay una casilla.
Desierto, tierra de noviazgos: recortar las filiaciones
extensas de una filiación directa. Tengo que mantener la
concentración, mi confidente, vos,
                            mi madre. Todos los estímulos
convergen hacia el hombre. De ahí se origina,  
entonces, la manera
                             como se realiza                     
                              la conjunción de nuestras partes,
las partes respectivas que son la unidad superior propietaria
y
las comunidades poseedoras, el usufructo utilizado:
la máquina del país.                                 
                          En este
                        mismo sentido, su engranaje aglutina toda clase de                                                             
                  funciones:
combinaciones diferentes entre cantidad de luz y humedad,
                              combinaciones diferentes entre lluvia y viento, y,                
                lo que es aún muy raro:
combinaciones altruistas entre los silencios y el sonido.                           
                                      Entonces no sé si debería ponerme
un casco verde o un casco amarillo.
Es claro que los tomates son del dueño de la isla,
pero no
está definido finalmente si la isla es
                        de quien es su dueño.
Entonces no sé si tocar un SOL o un LA.                
Todos los días, desde las siete de la mañana, cuando la
                    temperatura
de la costa empieza a exceder la temperatura media,
                          que es aproximadamente la del río,
el aire que descansa sobre este sopla
hacia la tierra. Estoy esperando que me atiendan, el dueño                                             
              de casa
puede no estar,      
el dueño de casa puede ser sordo,
                  el vínculo con
el tomate no se altera por la destrucción
                               del aparato auditivo.                    
En la gran enseñanza del río hay un punto,
                              totalmente salvaje, que
nos indica, que la energía es ilegible y que no puede ser
atrapada         
        por ninguna configuración que la                   
               Mente le sobreimprima. Aquí está
la tardanza del lugareño, mi posición estimulada por
tu problema, el techo sostenido por cuatro paredes.
                       Se borra.                                           
Toda tentativa de organización fracasa. La desnudez
es aun mayor
cuando las partes se juntan.
                         Hay ramas secas
alrededor de la casilla, las junto para preparar un fuego, está
haciendo mucho frío y el viento tartamudo me amenaza.     
                     Levanto la cabeza y veo el cielo,
                      está gris y parece pintado,
la casa que no tiene alero agranda la presión.
Me alejo de la casilla para buscar más ramas.
                      Cómo sería mi estupor
cuando a metros de allí,  
encuentro la estría de un río completamente vacía, ahora,
                                          en la mañana plena, un cauce sin
agua. Los psicólogos se arrodillarían
junto a lo que estoy viendo, algo así como
un trastorno de la personalidad del paisaje.
              Han robado o he perdido mi cantimplora, no la
encuentro en
el bolso. ¿Quién podría? ¿Robar es tan fácil?, puede haber            
                   sido
                 uno de esos tantos niños que venían en la lancha,    
              allí la saqué para beber y
la dejé a un costado de mi bolso. Sus colores
estridentes son muy llamativos. No recuerdo lo que
hice a continuación, el
discurso
del lanchero me pareció más importante que el mío, Estaba  
tan                       
       aburrido
que me faltaban fuerzas para controlar la influencia del
entorno.
                Así se enajena uno en la conversación con
los demás, así te roban como
le roban a un niño. En homenaje a la pregunta del río seco
decido
acampar allí. Traigo toda la leña que encontré.
A esta altura ya no se dónde debería estar cada
cosa.
Camino rodeado de santaritas y respiro el perfume del
hospital,
lo que veo enfrente me perturba,
                     me siento perturbado por primera vez.
¡¡¡Por favor el cielo y su destilación en verde y ocre,
                        las riberas y los muelles de sonrisas
que flotan sobre la maldición de la ciudad!!!,
carne sangrienta que nos obliga a recordar el castillito de la
                       cultura y               
                       sus estancias. Detrás del tejido vital
vuela la avispa de las dolencias, con sus trucos agrietados y
el agua sucia que beben los que buscan
                la
                  explicación.
Dos o tres días de fiebre sobre los pies de piedra,
al abrigo de la opinión sagrada sin símbolos para la
Mente                                       
densificada por la humildad. El río sin agua
profundizaba la pregunta
manteniendo sus paredes por un poder automático.
Lo perpetuo
de los astros la explicación de la vista. La oferta tropical se
logra
desplazar a través del exponente delicado hacia el
arenal
que amenaza. No sirve comer. No sirve dormir. El
alimento primordial
escapa del alcance del poseedor de la piedra del
maestro,
manteniendo el mundo marcado por un recorrido constante.
No está la tradición en mí
pero de todas formas puedo comenzar ya mismo
su redacción, variaría geográficamente varias veces
por minuto,
según qué tipo de carácter esté llamada a describir,
mi padre es el   
                           Río Colorado, y luego mi padre en mi
madre es
la Laguna de San Juan.
No parece servir para la devoción ni la ciencia, es una
tradición
a la
que no podríamos llamar falsa, impostada, sino más bien
una tradición
mixturada sumamente inútil,
para la representación de las “ formas de ser”
en cuestión. Observo la inutilidad del viento sin agua,
pregunto a
los árboles cómo debería comportarme después del golpe,
pero el
tejido no formula nada diferente a mi
sensación dominante. No hay respuesta.
A través
de la barranca asolada en el desinterés natural consigo
contemplar el
cadáver del futuro. Estoy perturbado.
Eso no se distingue en mis
pensamientos, tengo un ataque de unidad y eso es todo,
              verifico en mis manos
la completud de una fruta y no comprendo
el abandono ni
los vidrios sucios de la casilla. Veinte metros están
separando mi
formulación de la apariencia estridente de cada tomate. La
huerta
                 resulta de un templo mezclado con el
descanso de todas las
funciones. Quiero dormir. No puedo incorporar esta
evidencia a la
evidencia mayor.
No puedo postergar los nacimientos.



13.



Así como la risa le da sentido al vacío o mejor debería decir       
                      al despliegue de una hoja agujereada y la repara otorgándole sentido como hoja agujereada sin más.
Este privilegio del ser sobre el sentido siempre me pareció  
                       sencillo de comprender,
                        ja!!! por eso podía realizarme donde la vida me pusiera sin quejas y con acero en la voluntad. Cada cual desplegará su obsesión en esos tres o cuatro centímetros
                              de frases alocadas,
por lo cual no tendrían que echar a los graciosos
de las altas esferas, como sucedió con Pilar
                        en “ Casa de Gobierno”. ¿Por qué te echaron,                     
                         Horacio? Porque hacía bromas, la risa carcome las jerarquías, me dijo, y atento que no tenía ni lejanamente el carácter de Cristo.
                         Cruzo la estría y mi bolso
                        se zafa. Evidentemente aquí hay una energía. Mucha tristeza debe haber dado en la época en que empezó a mermar. Sangre y espuma. Me acomodo el bolso.
                      ¿Habrá habido indígenas aquí?
                  Alguien lo debe de haber velado.
Me doy cuenta que hay plantas secas a lo largo de toda
la orilla, de uno y otro lado. Sí, han querido salvarlo: descubro                       
               un círculo de piedras
a pocos metros del cauce.
Sigo caminando y paso junto a otro círculo idéntico.
Mi sorpresa se vuelve más verdadera cuando  
                descubro que yo mismo soy
                 el centro de un círculo enorme:
cientos de piedras me rodean. 

14.



Después de dos kilómetros de paisaje igualmente árido
me encontré de nuevo frente a las cañas,
                     primero en pequeños
                    grupos, luego como propiamente maleza.
Sin duda se debía a la cercanía del río. No pude volver a la casilla
porque me conmoví tanto que olvidé mi orientación.
                      Empecé a penetrar entre las cañas,
entonces, que ya surgían de la tierra masivamente. ¿Dónde
encontraría un muelle? El plan era llegar a la costa y
una vez allí recorrerla hasta encontrar uno. De fracasar
                         el plan, de optar por el camino más largo
o complicado, tendría que hacerme de un elemento sonoro
para llamar la atención cuando pasara una lancha,
las otras opciones eran construir una bandera
o llamar la atención colgándome de un árbol.
Hay sauces cuyas ramas avanzan unos tres o cuatro metros sobre el agua.
De todas  
         formas, perderse nos enfrenta al trabajo o a la muerte, y yo
tenía bastante por hacer, así que empecé a      
                         caminar hacia la izquierda.



15.



Fruto de una nostalgia espacial, sudaba y soñaba
con las islas.
Me ofrecieron una extremaunción y mi reacción
                fue negativa.
Los edificios se expandían como nieblas en la madrugada.
           Estar despierto como valor de
observación y capacidad de escucha. La reacción sanadora en                
                su vínculo
            con la clase de agilidad mental del día.
Ya en el colmo del rojo con tiras amarillas la manzana
se me presentó y seguí a su lado. Los tres metros
              que me separaban de la  puerta.
La puerta por donde pasaban los payasos, y las ventanas
por donde pasaban los leones heridos. Sintiendo en los                        
                          brazos
                      un líquido ceremonioso. La boca y la nariz
en las colinas solares. Respirando un
                   aire filtrado
por las hojas, creado por las hojas.
Las imágenes giraban alrededor del camastro,
                   rozaban la cuerina manchada con sangre,
seca hace días. A mi derecha el Reloj de la Vida, a mi izquierda
la vida: el bolso y las fotos, las fotos de cuando estuvimos
                      juntos en Valeria del Mar.
Susana me llamó y hablamos horas. Medio dormido y medio  
                      despierto la acompañé siendo generoso
con mi autolimitación. A eso de las seis me sirvieron otro
plato de oxígeno y sentí verdaderamente lo que es saciar el
                                apetito. Pagaba con mi cuerpo y
con mi tiempo, todos los cuidados excesivos que los arqueros
me prodigaban. Con la excusa de sanar mi pierna
                        me ofrecían toda clase de elixires.
Recordé una canción francesa que hablaba sobre el puerto,
la silbaba mientras me cambiaban las vendas y
            consideraban la cicatrización. Positivo.
 Seis días por once años es negocio. Reconocer entre las                              
                   cañas y las tacuaras
un círculo de piedras es negocio también.
¿Qué valoración podrían hacer
las damas pálidas de las auroras físicas? ¿Cómo podría
                           despertar, si los años sin dormir
se apilaban como revistas de moda? Me recordaron
que el barro es una fuente de contagio, que quizás esa fue la mezcla
                                   fatal, el barro entrando y saliendo
de una herida pequeña la hizo grande y recursó una infección.
Entonces se explicaban los mareos, y me dijeron que tal tipo
                      de infección podía incluso
inducir a reacciones alucinantes. ¿Es que no hay árboles sobrevolados
por ángeles, y por ocultos jardineros criados tan raramente, que sin 
                     pertenecernos, nos cargan?
Sonreí por dentro.
Mi cuerpo era un labio recubierto por sábanas blancas.
Mi cuerpo era una lengua peluda que generaba silencio.
           Porque sentí respeto. Pero respeto ordinario, es decir, 
           respeto común. El mismo respeto que recorría las
habitaciones piso por piso, consolando a los motociclistas 
                    nerviosos y a los ancianos de mente blanca.
Podía caminar si llevaba el suero conmigo. El pasillo central                  
con plantas artificiales me recordó ciertas
                     Analectas de Confucio.
Siempre fui bruto porque mi delicadeza se
confunde con la maldad. En los días anteriores al golpe                         
                       desaparecieron
                          muchísimas                                      
preocupaciones, y sentía que se aproximaban hermosos días
con hallazgos hermosos. No fue buena idea vadear
                        ese riacho repleto de piedras y ramas secas.                     
                          No fue buena idea
caminar durante días a lo largo de la costa para encontrar un
muelle, como si entre lo absurdo y lo heroico no hubiera
                    diferencia. ¿Existe el tiempo, el destructor,  
                    realmente? Ay, el
fantasma de lo pasajero, atraviesa la recepción como una
humareda fina: “Tsang Wen Chung tenía una enorme tortuga
                     en un habitación en cuyas paredes había
representaciones de montañas, y plantas acuáticas en las  
                   columnas ... ¿De qué clase era su sabiduría?”



16.



Detrás de unas magnolias rodeadas de malvones estaba el
arroyuelo, de un metro y medio de ancho al que pronto dejé
                                     atrás. Podía morir caminando
                              hacia la izquierda pero eso era
                                glorioso. Era de una hermosura terrible
porque El Dorado estaba bajo el agua, junto con el Pejerrey,
los Dientudos, las Mojarritas y Tortugas que repentinamente         
                          aparecían y se
hundían, protegiendo su locación
                          en el marrón madera del río.
El sonido del agua me inspiraba pensamientos pacíficos.
                                  Me llenaba de mundo como el cadáver  
                       de César Vallejo.
Tenía ocurrencias y les ponía melodías, caminaba gozando
de la luz y cantando. Los luthiers obtienen unas cuarenta
                        guitarras por cada paraíso joven, en cambio
el sauce no tiene buen sonido, y lo mejor “de lo mejor”
es el paraíso adulto.  
                           “A capella”, sucio y
lastimado.. Pensando en vos, en tu problema y en mi          
                          promesa,
                         en la necesidad enteramente íntima
de tu acompañamiento  telepático.  
                                  ¿Entenderías que en mi tardanza
                                   no había ni un minuto de
deshecho, pérdida, que observaba apasionadamente cada    
                           detalle nuevo, cada divergencia específica
del verde y cada transformación del ocre en amarillo cobrizo?
Vale la pena que te preguntes qué utilidad tiene  
                         todo esto para tu problema.
La utilidad simplemente fraternal de saberte
acompañado de sensaciones puras, en la ciudad que te rodea                
                 como un círculo de piedras, donde también
simplemente, las flores desde los balcones nos llaman a la reflexión,
aunque sea penosa, fútil. Lo primero que 
                            quisiera es que distingas en tu entorno
y comprendas que sos un amable animal que está en peligro,
¿qué clase de peligro?, ¿la pérdida incesante de energía que                    
                                supone la imitación de una máquina? Por ejemplo.
He ahí un punto.
              Estás en el Monte de la Piedad, caíste siete veces y no das
un palmo de distinción, la distinción de vivir pese a las heridas
de ciertas horas profundas
                 en las que la dicha se quiebra como un cristal.
Las mismas pruebas para despedirse o llegar. Eso me perturba.
Pero mi sonrisa y lo que canto mientras recorro la  
                               costa significan vida después de la                           
                                  muerte, de la muerte
                                   que quizás he traspasado para volver
a mi cuerpo y comprender que puedo ayudarte, y que semejante tarea
se me atribuye porque en mi primera vida vi 
                             lo suficiente, por lo que al ver lo mismo                       
                             por segunda vez soy más puro que un 
                             niño superdotado.
¿Cómo conseguiste comunicarte conmigo, si somos un puñado en un gesto único de adoración? Incluso la mayor    
                      parte de   
                             los creyentes no lo sabe,
                             salvo a veces, por pequeñas señales puestas
para avisarnos y al momento retiradas, en parte o totalmente.
De tal manera el espectro de colores se aísla y compone imágenes imposibles de mirar,
sólo deja su huella  
                             en un
                             grupo de tonos limitados y gamas
de los mismos sobre el soporte vegetal y la materia degradable del río.
Es la condición del secreto que envuelve lo más querido y lo cierra sin que eso  
                     sea definitivo.
Cuanto más tiempo más se comprende. Encaramos una imitación
en la medida de nuestras posibilidades,
                      lo que significa que podemos lograrlo o no.
Cuando sepas tu verdad, no te lances a preocupar el ánimo
de quienes no están en condiciones de escucharla,
                           ya que las enseñanzas fuera de tiempo
lo distanciarían de la acción,
                           en la que sólo verían confusamente
una verdad a medias. La oración y la mortificación
son como dos alas para volar al cielo. ¿Tu amigo estará preparado?
                             Despreciemos la virtud viviente y elogiemos la que
ha desparecido. Tendrías que comprender que un hombre es rico
desde que se ha familiarizado
                               con su escasez.



17.



Recuerdo al Prefecto Ortiz cuando
me hablaba de los desfiles: no importa adónde va el batallón,
lo que importa es 
            cómo camina. No puedo ignorar que
los árboles viejos me observan con sus ojos marrones,
que las lanchas son cosas que casi no recuerdo,
que mirándolos fijo
                             puedo obtener mucho más de lo soñado:
corroídos por la densidad del aire y atendiendo al reclamo subterráneo
y a sus dones no se desplazan. Una situación
                            mortal para un hombre, la crucifixión y
la demanda celeste que se afila y recorta la tela
sobre la que el Tigre está pintado. La tela en la cual me muevo
                             constantemente, tejida para mí. Sumando
los años de cada sauce comprendo mi dependencia
a través de las raíces de la lengua. Poca comida. Dividirla. Suelo
                                         pensar solo, y cuando no puedo busco
en mi Mente la solución adecuada, sin que me importe que la idea
sea ajena, sin que me importe no gozar de los  
                                    honores
                                    de un descubrimiento introspectivo
de factura propia. ¿Cuándo vas reaccionar?
¿Estaré caminando hacia vos, aunque no vea tu cara agrandándose
                      con mi marcha? Me enfrentaba a la parte más escabrosa de la costa,
curvada por decenas de pequeñas bahías,
donde los pajonales podridos se amontonaban
produciendo la impresión de un suelo firme.
Tuve primeramente esa confusión y de ella resultó
que me mojé la pierna izquierda hasta la rodilla. La ilusión que no
                          viene del corazón y nos despista, alterando nuestro juicio y el valor de lo que la mirada sustrae del entorno. Estigma pantanoso del límite curvilíneo incesante.
                           Caminar entre pajonales podridos
y muros de tacuaras. Volví rápidamente a la técnica egipcia y la dificultad
se tornó menos fuerte. Pero en ocasiones      
                              caminaba
                              sin mirar mis pies. Pero el recorrido presentaba la mayor exigencia.
Mi espíritu deportivo estaba en deuda con la travesía.
Pero me distraía silbando y con las
                   manos simulaba dirigir a una gran orquesta
Meditaba sobre las posibles causas que podrían haber determinado
el vaciamiento del río. Todo Mente. Nada
                             natural me conformaba, pensaba
en catástrofes mentales, en la dilución de la fuerza plural
de los indígenas que aún pudiendo salvarlo
                             lo esquilmaron hasta matarlo. Estaba cómodo en mi cama
mientras el tiempo se perdía. Pasaban las patronas y los especialistas,
incluían en sus informes el color de mis ojos y mis huellas dactilares.
                     Habrían de haber estudiado con los cadáveres experimentales
que posee la Facultad de Medicina.
                         La frialdad se debía de haber trasladado
de los libros a los aspirantes, y de estos a los cadáveres.             
                   Siendo las siete
de la mañana, comenzaban a escucharse las vibraciones
de los motores a lo largo de la avenida y de las calles         
                                adyacentes.
El sonido subía desesperado como una araña amenazada,
y comunicaba a los vidrios el nerviosismo que lo poblaba.
                          Dejé de atender a los vidrios. Miré mi pierna y entendí
gran parte del tratamiento, estar quieto. Las patronas traían buenas y malas noticias.
               Los médicos partían una manzana por cada visita.
       Pero la atención no es la forma del amor que me
interese más. La historia quería enlazarse con su propio 
                      comienzo. Por lo que cuento con una habilidad deforme
que vende mucho. Cuando publico mis            
                          investigaciones, pocos parecen entender,
la declaración de amor a la Armonía no limita ni sugiere ningún planeamiento territorial.
Te regalo un país en marcha. A vos.        
                            A tu madre.
Y despierto porque me habla mi gato.



18.



Van cuatro horas de caminata, la izquierda es lo peor,
no quiero tener problemas con nadie. Consigo ver unos veinte
            metros adelante. Reconozco un fulgor rojizo
y un verde bajo y vivo. Entonces comprendo que elegí lo
mejor. Al acercarme comienzo a ver con más nitidez,
                  los tomates
                        están grandes y brillan con una estridencia propia.
Acelero mi paso. Siento una alegría inmensa. Unos quince metros y
me encuentro con la huerta y la casilla. La
                        apariencia de abandono de la casilla resulta de la comparación
con el fulgor de la huerta. Me acerco a la casilla. Voy a golpear la puerta. Pero
mi brazo se detiene
            unos centímetros antes del contacto.
El dueño de casa puede no estar, el dueño de casa
                        puede ser sordo, el vínculo con el tomate
no se altera por la destrucción del aparato auditivo.
                        Después de golpear varias veces comienzo
a rodear la casilla en busca de una ventana. Hay una del flanco
derecho. Me asomo y empiezo a distinguir: hay una cama
                        donde nadie duerme, hay una mesa humilde y un armario,
la casa está vacía. Decido entonces, seducido por la idea de un descanso profundo,
forzar la entrada y
                        apropiarme del lugar. ¡¡Qué bien me haría estar un par
de noches protegido de la intemperie y dormir como se debe!! Vuelvo
al frente de la casa, trato de estimar
                        cómo abrirla sin destruirla, o dejar agujeros por donde
pueda pasar el viento.  En el flanco derecho hay un pequeño galpón,
pienso que posiblemente allí debe de
haber herramientas. Y no me equivoco: un serrucho,
decenas de madejas de piolín, una sierra pequeña, una
            pala, varios hatos de leña, un tacho de pintura de
            diez litros,
cuatro destornilladores, un hacha, un martillo y varios  
                            frascos con
                        clavos y tornillos. Suficiente, tomé  los destornilladores
y el hacha por si la operación se complicaba.
                  Adentro del galpón encontré varias sillas, tomé una,
no lo podía creer, me imaginaba sentado al sol después de un buen almuerzo,
sentado
entre la huerta y la casilla.
                Me había hecho un cálculo muy de mente práctica.
Soplaba un viento cada vez más fuerte, el cielo se volvía gris
                     y estaba por estallar una gran tormenta.
Cuando volví al frente de la casa encontré la puerta abierta,
la miré impresionado, los destornilladores se me cayeron de
            las manos. Otra ráfaga de viento y la puerta golpeó ruidosamente contra el marco. Empezaban a caer las
                        primeras gotas. Me acerqué y la empujé.
Entré y sonreí por la grandeza de mi
           suerte. Afuera estallaba la lluvia y yo estaba bajo techo,
en unos estantes descubrí una lámpara de kerosén,
         pero todavía era temprano, no obstante la probé y conseguí,
                        acomodando la mecha, que la misma funcionara.
              Un día hermoso e inolvidable.
Salí de la casilla y corrí bajo la lluvia hasta el galpón. Estaba
                        empezando a hacer frío. Tomé el tacho
y dos hatos de leña y volví a la casilla. Encendí un fuego dentro del tacho y
me quedé pensando acostado en la cama, el calor me estremecía…
tuve que entornar la puerta y la ventana para evitar la acumulación de humo. Así fue que al
                poco rato me dormí.



19.


El sol le ganó la pelea a la tormenta y apareció por el Este
rozando la orilla y entrando de a poco hasta la huerta,
la casilla, hasta el corazón mismo de la isla.
Despierto con la vista puesta en la ventana, está sucia,
miro alrededor y comienzo a descubrir telas de araña,
            todo está comunicado por ellas, a no ser la silla
que traje del galpón que tiene un ecosistema propio.
              Sorprendentemente me siento mal, no mi cuerpo. He
dormido unas doce horas seguidas y siento la relajación.
-Me prometiste ayudarme y te internaste en un Petit Hotel.
Siento lo que estás pensando. Siento tu furia y el nacimiento
de tu desconfianza, aunque sé que en muchos momentos te sentías así.
               Afuera la huerta cubierta
                         de rocío. ¿Querés que descargue
toda mi energía en la respuesta a tu problema, querés
que en caso de no encontrarla, o de hallarla y de resultarte paradójica
                        me crucifique ante tu positivismo lírico?
Tal vez este libro no sea para vos,
tal vez este libro esté compuesto de respuestas
          que son para un problema que no es el tuyo. Enseguida me corrijo.
                        ¿Es que existe un problema diferente al tuyo?
Ahora quizás entiendas la forma de mi exposición. Ahora quizás entiendas
que cuando falta hay que llenar y eso es
                        más que suficiente. Describe y organiza,
o construye, según cómo lo quieras entender. Me doy cuenta
de que tu problema fue el aliciente para encarar un problema
                        mayor,
                        donde tu problema estaba incluido.
La pureza del sufrimiento depende del diámetro del Alma.
            Continuas desgracias turban el juicio. La memoria
               de la desgracia es dulce y sirve de recreo
en la prosperidad. Sabés. Siempre deja la ventura una puerta abierta
                en las desdichas
            para dar remedio a ellas.
No sé si responderte así te calma más que la descripción del  
                           río,
                        que los pajonales podridos pasando como nubes
               por debajo del muelle, que el sol ardiendo en el cuello
                               y en los hombros. De todos modos dentro de este problema mayor
                 está mi problema, y el tuyo       
                        y el de tu madre, también, ya lo dije.
Estás en condiciones de cerrar este libro,
si estás listo para mirar fijo
esas viejas cosas que te expulsaron.
A partir del encuentro se suceden los acontecimientos,
te presiento. Estás con la vista clavada
                         en esta página, bamboleándote de izquierda a derecha,
                    de arriba hacia abajo, mareos, de izquierda a derecha.
Sos como un río delirante repleto de manías,
lo que te impide
                                detenerte y observar,
                            observar y comprender,
                            comprender y realizar.
Dispuesto a todas las transformaciones espero en mi silla.
Si estoy en silencio es que digiero los sucesos.
Te gusta verme sufrir. Te gusta que haya una distinción primordial
que hacer acerca de todo esto: nuestros progenitores
fueron aventureros e incluso guerreros.
                           Durante la dinastía Tang hubo un rey
que se convirtió en poeta a partir de su encarcelamiento,
sólo quiero que no llegues a ese límite, tenés que vivir la      
                                     imitación y
                                  la divergencia cuanto antes!! Entendeme, no quiero que termines encerrado.
Sólo quiero poner una estatua en el medio de tu Mente.
¿Te estarás poniendo nervioso porque dejé de filtrar la realidad?
Suponiendo que estuviera comenzando la segunda parte
                consideraría la defensa de nuestro vínculo,
ignorando ciertas diferencias ideológicas
que aunque me ponen triste,
no alcanzan a destruir nuestro pacto.
Te imagino con rumbo impreciso,
caminando entre magnolias y santaritas, acercando tu cuerpo al agua para ver
               tu rostro.
                  Algunos pensarían que estás perdiendo el tiempo.
Pero vos, que sabés
la historia Roma, la Psicología,
         la historia de Rusia, la Medicina,
la historia de Inglaterra, la historia de la Iglesia,
no te resulta escandaloso sin embargo ambicionar conocimiento
a través de estas cosas tan sencillas.
             Frases así me gustaría escucharte decir.
 Ya habrá oportunidad. Confío.
Vas a entender no entendiendo,
trascendiendo toda ciencia.
En tanto me considero una persona provisoria desde que nací,
jamás me detuve, siempre un piso más alto,
en el hospital más grande del mundo


20.




Uno va tras la perfección. Los estímulos aprovechables
se resguardan protegiéndose del olvido.
Tu estilo de vida puede 
                        que para muchos sea el peor.
Me pregunto, ¿han tenido una entrevista como la hemos tenido nosotros?
Se sabe la respuesta. Se han perdido a
                                  partir de una emoción fuerte,
pero en un sentido que nosotros conseguimos abortar, quiero decir,
               quedaron fascinados por el último    
Toyota y hacen el amor mientras miran la TV.
                    Con calefacción y electricidad constantes.
He aquí un invierno que no es. Por lo que
                                 el sentido del verano comienza
a derrumbarse desde los pisos más altos. Las polvareda lo cubre todo,
y en esa niebla el calor que se siente no puede
                         relacionarse con nada.
Tememos la separación entre naturaleza y cultura,
a través de los escombros. Mi perfección se mantendrá
hasta el día en que nazca nuevamente. Mi energía, en cambio, se mantendrá
                  a la vera
                   durante toda mi vida, ayudándome
a encontrar la pregunta justa, instándome a nuevos interrogantes.
Aunque es verdad que no te comunico nada
                          prácticamente. Porque querés saber
de qué manera se va aprendiendo. Puedo engañar a quien se presente.
Pero mi respuesta no será un
                     fetiche para que sigas igual. Te responderé,
y lo sé, con una descripción conmovedora que realce tu amor,
tu gratitud y tu armonía. La Jaula es mucho más grande de lo que vos
                   pensás,
              y vas a aprender a cantar en ella.
Jilguerito mío, jilguerito de tu madre. Ante todo un NO a la violencia.
Se trata de un asunto delicado, sin silencio.            
                         Delicado como las plumas de
                                  un pájaro.
Detrás de las hortensias aparecen las cañas.
Esto significa que el placer te llevará al trabajo,
siempre y cuando no renuncies al placer, lo que
no creo, o al trabajo, podría pasar.
Recuerdo que las hortensias son originarias del Japón.
Leí que producen hermosas flores rosáceas y azuladas                      
                      que poco a poco
pierden su color hasta quedar casi blancas.
      En tren de confesiones debo decir que me marea, que
                             todo este paisaje y toda su apelación
me marean. Sé que parecía un experto, al inicio de todo esto,
pero sólo fue para encarar el peligro acompañado, te
                       necesitaba junto a mí, necesitaba que
me leas. ¿No es gracioso lo que estoy diciendo? Cuanto más
placer más cañas nos esperan. O al revés, contemplamos 
        un murallón de cañas y tacuaras punzantes y  decidimos atravesarlo,
imaginamos el fin por una última abertura y
la aparición de las hortensias: placer!!,
                                  rodeados de colores.
Así es al revés y más mundano,
después del trabajo y aunque los ojos no compren nada, aunque el brillo
                               del dinero pertenezca a otra realidad
la realidad de las flores no se gasta en su lección,
                   siempre es  suave, precisa. No es cierto que
cuanto más recorras las islas
                                más dinero estás gastando, el dinero
se gasta, como el tiempo, insensiblemente entre el arroz
y los fideos. Nada. Tráiganme de vuelta. Me desperté gritando    
              a las tres de la mañana, en el hospital donde siempre es temprano, rodeado
de médicos seducidos por la opinión de piedra.
                             Estás grave. Lo sabía.
Como si más enfermo fuera mejor médico. Son cosas que no se comprenderían,
por eso no las comento con nadie. Había transpirado mucho
                             y la cama estaba empapada de sudor.
Vinieron las esclavas de los mutilados,
vinieron los consejeros del ateo, y entre frases y preguntas organizadas
                                me pusieron sábanas secas. Luego
de que se ausentaron pude ver mis venas,
y las arterias que las rodeaban. ¿Qué tipo de sistema fluvial me habitaba y
                                   giraba para darme vida? Pensemos
en el Tigre… ¿dónde se encontraría la fuente primordial de la sangre
y la energía para la vida que nos rodea? Los médicos
                                clasifican mis preguntas,
estas últimas son alucinatorias, producto del delirio de mi fiebre. Pero
no es la primera vez que pregunto esto.
              En una casa abandonada, un amigo mío, todos niños,
pisó una tabla podrida y hundió su pierna hasta la rodilla,
cortándose con un clavo de la tabla contigua.
                  Entonces me pregunté,
¿Qué tipo de sistema fluvial me habita y gira para darme vida?, ¿dónde
se encuentra la fuente primordial de la sangre
                                       y la energía para la vida que nos        
                                  rodea?
Pero la codicia entrega todo por un momento religioso y puro.
                  Como esa línea
                        blanquecina que señala el ahondamiento
de la noche. Como confesando:
la noche es un secreto 
  que se va con la Luna. Precisamente se va deformando mi atuendo.
No es nada. Ostenta manchas y dolores imaginarios.
           Por un túnel en el que al final
hay dinamita para el ánimo. ¿Ahora el problema soy yo?
Propongo a mi segunda parte que argumente las emociones
                 que crea a
                través de los sonidos y de los significados,
la parte no es el puerto del libro,
allí donde llega y descansa.
Mi mérito, si tengo alguno, es convencerte de que te juntes
conmigo en tanto y en cuanto dure este problema,
                              para qué.
                                 Has visto que se interrumpe,
                                     que está mezclado,
que amenaza con partir y regresa.
Compartir es mi mérito y tu mérito es compartir.
Tras la apariencia de una Obra construimos un
                            refugio poderoso y sutil.
Un lugar en el que nunca nos van a encontrar las malas noticias,
aquí por fin, están controladas. Sólo nos llega
                                el sufrimiento lírico, que viene hecho
de señales y de huellas, largo tiempo atrás producidas,
                        y enmascaradas luego,
                        en unas monedas de belleza. Tristeza y
                                   asombro son posibles remedios,
pero tristeza y aburrimiento son la mezcla fatal.
                Eso no debe ser compartido. A esto yo llamo calidad.                              
Comunidades inmensas
                               de lectores van tras un autor, y este mientras se esconde
o se escapa, piensa fríamente en la situación. Se siente víctima de un cocodrilo,
                   padece ataques
                                   de adicción y se recupera, solamente,
en la soledad de sus propias luces, que aunque parecen viejas luces
son las que él dispuso y fabricó. En las más
                                famosas librerías un tomo puede salir mucho.
Debo leer menos de lo que estoy diciendo, para encontrar el centro de mi clave,
para considerarme como
                            perteneciente a la Obra, para que
la Obra nos pueda ayudar a hablar. Primero está todo destruido. Un lema,
por ejemplo: ESCAPAR DE LAS PESADILLAS. Vista así,
la Obra es titánica.
                Y permanece todo el tiempo amenazada por la estabilidad.
Luego se agrega la palabra boca,
              lágrima, ensueño, fuente, anillo, y las cosas
se nos empiezan a ir de las
                              manos. Como el problema al que estamos atendiendo,
que cuanto más claro más dificultoso,
tu problema nos envía a recorrer la historia de la charla y la
                                         edad de las palabras, es decir,
cuáles viven hace mucho, cuáles acaban de nacer y morirán pronto,
cuales de la misma condición seguirán vivas de ahora
                                  en adelante. La edad de la Obra depende de esto.
Volamos sobre la naturaleza con papel y lápiz.
Rescatamos objetos desahuciados y los           
                               ponemos
                                       en marcha: hacia arriba el árbol,
el río hasta su desembocadura y cada cosa hacia su estado siguiente,
después pasamos una lima muy fina y juntamos a
                                unas con las otras.
Tenés la sensación en esta parte de que la Obra ya está terminada,
               pero no es cierto. Solamente camino
hacia la izquierda o me demoro en muelles destruidos.


Casi toda la literatura es la historia de cómo
un puñado de hombres “se han animado a hablar de”. Esto produce
                        valoraciones que superan el patrón
de la calidad incorporando al Corpus Mundial Obras de mala factura,
mas de mucho riesgo. Se decían cosas en estos
libros que podían, y en muchos casos pasó,
acercar al autor o al lector a la muerte, el destierro o la locura.
En una época lejana quemaban los libros, unos siglos después
                                            quemaban a los autores,
y a esta altura de la historia se los oculta bajo el rótulo de “creadores”.
Sin duda este nombre anda vacío por el mundo.
          Pero nada escapa a esta soldadura verbal a la que le he dado forma,
                      le he dado forma
                              hasta en los más mínimos detalles.
Esto es casi la sucesión del día, de la tarde y la noche.
Pero después de la noche hay un amanecer fijo
                        que es lo que estamos armando para los dos.
Cuando tapaba a Santiago te tapaba a vos.




21.



Entre las pajas de la orilla, que te ha hecho el jaguar,
se fueron echando al piso con las marcas de las garras,
                           así como rasgas las hojas de este libro
que ya no te gusta. Encontrándote tal vez desorientado
por la velocidad de las imágenes, arrastradas por una corriente profunda.
Aquí la edad ya no cuenta. Sólo recibe al color en un acto de inmadurez parcial.
Destilaciones del verde hacia el ocre brillante.
                        Destilaciones del verde hacia un sombreado marrón.
Cuántas posibilidades empiezan a surgir del agua del río
y a tomar posición en la isla. Así es el río después de
                                  la tormenta, trae desde lejanas distancias
materiales de novedad. Ya no te gusta este libro. Es horrible reconocer
que a uno lo dominan, pero es
                                 hermosa la hermandad y la función
del amigo. Él espera cuando nosotros esperamos.
Se ríe junto con nosotros. Recibe con una de sus manos las malas noticias
y con la otra mano distorsiona el contenido real, reemplazándolo
                por un contenido menos Mítico
             y por eso mismo menos doloroso.
Yo te invoco amigo de los efluvios, compañero del viento y la lluvia,
yo deseo que en mí se incorpore tu paciencia
                                y tu justicia. Hasta hace poco recorría todo esto
con la ingenuidad y los peligros que con ella vienen: el atiborramiento,
                      el delirio y la posibilidad
                               inexpresable, vale decir, la fe sin objeto.
Ahora que todo lo que debía hacer lo he hecho debo suplicarte que me ilumines.
Soy un cuarto con una ventana
                             pequeña que mira hacia el Sur,
veo bandoneones y milongueros, cantadores de cifras y payadores.
Me resulta temible tu respuesta pero mis
                         preguntas son cada vez más insistentes.
¿Debo irme hacia el Sur? ¿Hacia las fuentes de mi nacimiento?
 ¿Tendría que averiguar qué música escuchó mi
                                  madre durante el embarazo? Pero
algo me detiene, ahora el río es un símbolo de paz.
Me extiendo y me dejo llevar, la sintonía es perfecta, oigo la
                                         música del barro y de las piedras,
podría escribir una zamba submarina, tanto placer me da. Siempre lo agradecí,
no me ignores, no te alejes de este  
                                  Espejo Vocálico de las Almas.
En una transición que no resultó completa, tuve como experiencia
a una madre que vaciaba el Paraná,
                          acompañando la acción con algo de cantos y silbidos.
En rock eso significa amor, para mí caso no puede separarse
mucho de su significado de desgracia.
                            Con la música naciendo de la corriente, debajo de un sauce,
                           eufórico, abrigado apenas,
 sintiendo la información que crecía y que se iba comiendo la orilla,
                haciendo desaparecer
                          a las pequeñas piedras y a las grandes.
La base de las tacuaras se nublaba en el agua marrón.
                   Se terminó la literatura, dice la corriente y la arrastra,
entre la espuma encuentro una carta de defensa,
                  escrita por el río con una espina como pluma.
Hay en nosotros tanta adoración que no reconocemos lo útil,
por eso nos hemos perdido tras los golpes fuertes de la estética del Delta,
                      tras las apariciones y desapariciones
del paisaje que ocurren del día a la noche, y de la noche al día.
Como unos niñines deliramos sobre las entrañas del sol,
                          pensamos en su verdadero nombre y temblamos
como la luna en el solsticio. ¿Qué más hay detrás de la ventana? Vemos
pilas y pilas de libros, donde está todo
                              y mucho más,
pero luego de leerlos perdemos libertad y nos enfurecemos. Tratamos
                         de nivelarnos, la nivelación trae sueño,
y el sueño trae cartas más duras
                     que las cartas que trae la corriente. Ahora el río sube
por una escalera corroída e informe. Nosotros
lo esperamos mientras sentimos el barro en la planta de los pies.

Voy a interrumpir nuestro contrato en aras de una mayor información,
porque así lo exige tu problema.
Tu problema es más importante que
este libro,



Acerca de nuestro problema:
3 sueños verbales




FORMAS DE LA FE




Ten con favores a los de buen ánimo
Amigos del almuerzo de trabajo
Pero yo no puedo recibir más del caso
Seis con el suyo ya van


Si no me comprende
Siente que está desmerecido
Se arrodilla como en las películas
Y prueba cama y café


Muy perseguidos
Alcanzan la cresta
De cuando el médico no contesta


No me animaría
A pasearme con ellos
Pero los ojos que preguntan son muy bellos.




EL EXTRANJERO




En la periferia
Buscan evidencias
de la vida en Marte
Rumores aparte


Se dice que son buenos
Realmente buenos
Como los SANYO
Y los TOYOTA


Ahora la pista no sitúa al astronauta
Deja caer su sánguche
Y baja del adminículo


Ahora la pista no sitúa al astronauta
Lo despista prometiéndole una reflexión sobre su madre
Con el arte del que hace arte




A LA PREGUNTA




A la pregunta sobre cómo ocurrió
Articuló un NO, con mayúsculas
Para entrar en la jueza
Que miraba al fiscal


Las pilas de papeles
Orilleaban la puerta
Dejando a las pequeñas hojas
La virtud de un viento en el corredor


Supo responder y cuándo
Supo vestirse y desayunar
Supo trabajar por nada


Se merece entonces
El Emblema del Canciller
La jueza votó por él





de la solución de tu problema depende la belleza que puedas recibir y dar.
En un primer momento los dos parecíamos curados,
recorríamos el laberinto tropical sin
                            angustia. Así la cultura ha definido al viaje literario
como un espacio de recreación y un aliciente para la inteligencia.
Entonces me exigí que mi viaje
            literario fuera una cadena de preguntas y de informaciones,
y te transformé en un personaje que me oía y
opinaba. ¡¡¡Qué momentos hermosos
                        hemos  
                        pasado juntos!!! ¡¡¡en un personaje testigo!!!
¡¡¡ qué alucinaciones compartimos de cabo a rabo!!!
¡¡Y todavía seguimos juntos!!!, Nuestro amor es diferente. No te detengas,
me voy a encargar de que no dudes y voy a
            convencerte de que actualmente estamos rodeados del paisaje más universal que existe,
nada está salido del marco,
                a pesar de lo que parece haber pasado. ¿Estás seguro?
Te prometo continuar con el estilo que nos unió.
Pero el paisaje universal no tiene coto, y eso lo
                                mantiene presente. A partir de ahora          
                              todo va a cambiar.
Esta es mi promesa y la voy a realizar por los dos.    
  


22.



Pero así es que anuncio lo peor,
si el paisaje es un espejo vamos llorar y maldecir juntos.
Si el paisaje es una interioridad extendida o         
                             el lugar donde la interioridad se extiende
manejando el Don de la Representación realmente no sé qué nos espera.
Nunca lo hice. Te necesito, para acompañarme y
                      para que nos comparemos y aprendamos en qué lugar estamos
cuando no estamos en los libros. ¿O el amor es una forma de la ciudad?
                           Toneladas de cemento destruidos en un segundo
cubren la calle, a dos cuadras un hilo de humo nos adelanta la data del origen.
                     Explotan los periodistas ante las 
                                  cámaras. Los bomberos han olvidado
su función específica y están desorientados.
Hay muchos desaparecidos entre las ruinas de una idea importada. Más
                       madres y más té. Están usando lámparas de mano,
no hay corriente después de la explosión. Todo esto es sólo para nosotros dos.
Acaba de comenzar la tercera parte.
                            En la segunda nos emocionamos y nos asustamos
                    y en esta nos asustan y emocionan. Yo sé todo lo que hacés,
conozco tu duro trabajo y tu constancia,
            y sé que no podés soportar a los malos.
                   También sé que has puesto a prueba a los que dicen ser apóstoles y no lo son,
y has descubierto que son mentirosos. Pero los carteles eléctricos transmiten
                             una vibración distinta, que se ve entre la avenida y el árbol, como si hubiera
                      pájaros enormes
                             y luminosos posados en su copa. Estamos en donde no hay refugios,
la cama caliente es la cama quemada,
el agua para beber la dan los bomberos.
Querías conocer tu locación y lo estás haciendo.
Vamos de la mano hasta la
                              próxima esquina, detrás de un auto abandonado hay una ambulancia.
Todos los colores y todos los sonidos están presentes,
escucho los gritos que cambian
                            de frecuencia,
cada tanto hay un silencio donde la sirena respira para poder recomenzar.



23.


.
La ambulancia misma es dolor. Un niño que no sabe lo                 
                           que es la muerte es introducido
cubierto de mantas y custodiado por el llanto familiar.
El niño mira y no comprende la instalación callejera y apenas
             percibe la acumulación de vecinos y periodistas.
Le colocan la mascarilla de oxígeno y se siente un robot.
Esto sí que es jugar piensa el niño. Cuando
                                      el oxígeno comienza a circular de afuera
hacia adentro el niño comprende la inutilidad de su madre,
la inutilidad de su padre, y observa el barrio con algo
                                  de mareos y consternación. Ve gente que nunca
lo saludó, mirando desde las puertas traseras con una asombro
parecido al amor. Pero el amor es diferente a
                                   dejar que la fiebre te mastique durante
cuatro días y te haga delirar a la hora en que todos duermen. La madre
se acerca sin despertarse, le pregunta                          
                                cómo está y lo tapa y vuelve a acostarse.
El silencio convoca toda clase de padecimientos
y se extiende por el barrio poniendo de pie a todos los que sufren.
                    Llega otra ambulancia,
pero esta es azul oscuro y parece más grande. Desde la ventanilla el chofer
pregunta a la gente reunida si saben
                         dónde es el incendio, seis o siete personas le indican
el rumbo con unas palabras aclaratorias y medrosas. Entonces
la ambulancia reanuda su marcha y desaparece
                               girando hacia la izquierda en la primera esquina.
Ahora el niño que está solo sonríe,
                 puede comprender que tiene buena suerte, que cenar con su familia
                                           es insoportable como es insoportable el volumen de la radio, oxígeno, mamá lava y canta, papá canta mientras se afeita,
          mientras papá se afeita mamá le         
             prepara el bolso y coloca su vianda en el bolsillo derecho.
Yo duermo. Siempre duermo. Alrededor del calor de mi frente todo parece congelado.
                 Voy con este dolor a la escuela. Mi familia es peronista,
                  mis vecinos no son nada,
el chofer de la ambulancia pone un disco de Julio Sosa y acelera dos o tres
                                    veces con el móvil detenido.
Ya termina… Ya me llevan a mirar mi cuerpo en el Reloj de la Vida,
me llevan hacia un lugar donde hay cientos de niños
                            como yo. Me llevan al aeropuerto donde el           
                 cariño aterriza 2da Parte:
               Tiger Quiroga
Anotaciones a un horario sobre la ciudad.
Primer convenido previamente intento lírico.
                   con pastillas de colores y mascarillas
de carnaval.
                                  Se me van los pibes al otro lado,
                     ambulancias en todas las esquinas,
                            una nueva promoción para una vida nueva,
nueva vida en la vieja ciudad.
                Por oposición
              a las vigas un amarillo fuertísimo que anuncia el paso a nivel.
                   ¡¡Tanto tiempo esperando esto!! La acumulación
de automóviles presiona la línea de acción chupadora
de la unidad. Manteniéndose todos con el motor entre las manos
y transformando la esquina en una estación                              
                               donde el tren
                              no para.
Todos esperan que el tren pase y aventuran con qué rumbo
vendrá disparado desde las estaciones centrales,
porque podría ir a la zona más hermosa
                             de la ciudad o podría ir a la zona donde el óxido
habilita las voces que carraspean ante las cámaras de los comedores.
La pretensión es oscilante y la fuerza es de
                     buen origen. Entonces perforan
alrededor de las vías en busca del bebé.
            Para el mantenimiento del paisaje del sur,
pintan el puerto en cada vagón, y en los boletos
                            consta la misma actitud pero con sellos.
Entonces para qué seguir oyendo los resabios de las vías,
si el atardecer nos obliga directamente al oro.
                      Volver entonces   
                    con la defensa del emplazamiento en cuestión.
No necesita rimar. ¿Necesidades? Sólo que no se puede permanecer
todo el libro en el Tigre, debe haber una segunda parte que transcurra en la ciudad.
                                       Yo contesté que estaba a mi alcance, sin duda.
El proyecto de este documental por donde pasan los trenes perforados.
                           El teatro del proyecto
                                 que comienza a despertarse, al oír las sirenas de los remolcadores, “cucarachas del agua” dicen las gentes de las islas. Cuento esto porque luego de los
desplazamientos página por página
y de la cantidad de sucesos lingüísticos que se derraman no queda mucho para calcular.
El micro revienta el sonido con el humo podrido que despide.
Se acumulan los racimos de rosas, que van llegando
                 de sus seguidores,
te lee el Tarot y le pagás con cigarrillos. Oh Feliz!!! ¿Qué sentido tiene tu vida Vallejo?                                         
             sabría de lo que hablo.
Me están torturando con esa música
      de ballet y encima querés invitarme un pancho.
Para comer sobre la fuente de viento.
Donde lo que se pierde se vuelve irrecuperable.

                                 Sólo los       
                                             pájaros ven.




24.




A través del ave contemplé la claridad manchada de la noche.
                             Viajé y viví en un galpón abandonado,
en donde aprendí la medicina, la historia de la pintura,
la historia de la música. En cuyo centro había una mesa con una máquina
de coser y una sombrilla, lo lamentable
                    es que hable para comentarios de lo sombrío…
Siempre contemplé las construcciones como lo que son: construcciones.
No perdí la gracia cuando encontré o,
                              me pusieron en el camino: unas pastillas para los nervios.
Acá en el incendio se siguen llevando chicos. El fuego es el bobero más clásico para
                                   formar un grupito con la sombra
de los comentarios y las quejas. Si usted quiere detengasé.
Está prohibido hablar con la boca cerrada. He ahí un punto            
                     excluyente que nos define.
Yo, por dar un ejemplo, hablo como alguien que camina
                         sobre arena caliente. El recorrido de la costa a la sombra
de las santaritas es largo. El club es hermoso. Pero más larga es la escalera de los bomberos. Arriba es lo último
         y el derrumbe los va a hacer mudar violentamente.
Es lo que murmuran los bomberos escupiéndose a la cara.  
                  Me abrocho la chomba y
                    me subo a la puerta del camión
para mirarme en el espejo. Bajo, me veo bien, sólo que estoy un poco despeinado.
             Pero el espejo no recibe
                         ni devuelve el humo que nos está rodeando.
Aquí no hay heroísmo, por la confusión del surf
                    con el coraje nuestra época es tan incapaz.
No quieren ver el arco iris. Algunos ni saben que existe.
Sus sueños son copias de los posters neuronales.
                   El mar es viejo, démonos algo nuevo, dicen.
Para qué, ja!!! No hay manera de no dar en el centro
si llevamos manzanas con nosotros.
Manzanas viejas de viajar de la copa al plato.
Si llevamos amor en el corazón claro.
No hay manera de no dar en el centro.
Si el presente es lo más antiguo que tenemos, claro.



25.



Todos los esfuerzos concentrados en la conducta de las
                  llamas, algunas con pintas azules y base amarillenta,
como en el dicho popular también, en muchos                     
                            casos el humo no deja ver el fuego.
Apercibido por la temperatura que sube sin detenerse
decido protegerme y cambiar de lugar. Cruzo a la vereda de
                            enfrente. Veo el cartel ya dañado que dice:
SASTRERÍA. El calor que tengo me obliga a sacarme el saco.
Los enfermeros se comunican entre ellos por una radio.
                                  Dicen cuatro, cinco, seis…
bolsas de la morgue, camiones de la morgue, personal de la morgue,
eficiencia de la morgue, dirección de la morgue.
                                  Sin duda hacia donde estamos yendo,
para sacar a los muertos de a uno como a las pizzas caseras.                      
                        La casa marchita parece estar cansada de arder,
y tarda un poco más, unos diez minutos, hasta que los bomberos entran,
                aunque siguen escupiendo las paredes.
Hay un sillón quemado… me gustaría saber con el pellejo
de qué animal estaba recubierto.
            Eso me daría la clave, ¿de todo? ¿Cuántas personas hay aquí
capaces de perder el sueño
por la noticia de un drama ciudadano? En otro libro             
                         verdaderamente no hay nada.
Acá fue y será feroz. Esto sucedió por una sensación de dominio
que sólo fue nominal. A la hora del escándalo
                    mediático se esconde debajo de un escritorio
de tickets, tópico acotado, como jardín de infantes.
A partir de la operación de un encadenamiento romántico hacia vos.
                Pero no sabés si aburrirte o seguir tomando café.
¿que “esta consecutividad de lo paralelo” no está cerca?,
¿es un ataque hacia nosotros? Tuve
los mejores Maestros.









Tuve tiempo
                                  y elegí lo que hago.

Pero



mi aspecto es horroroso frente a la gente. Ya se me va a pasar, ya… ya… O simplemente es que te extorsiono, con
                                                 los argumentos mejorados por una muchacha de la experiencia. Una ex bañera del Club
                         Atlanta.
El Deporte Mental está obstruido por la realidad.
Que ahora se manifiesta orgullosa.
Pude con él.
       Pude con él.

        Pude con él.
Empiezan a llegar los camiones de arena.
    Pude con él.
El fuego se apaga con partes de playa.
Pude con él.
             Las luces de los distintos automotores componen una red en el espacio, con zonas de claridad y zonas        
                           sombrías. Pero porque estoy en el centro. Si me alejara del incendio entraría en la oscuridad, si me alejara de los camiones de arena que participan del incendio,
                              poco vería, estoy en un barrio pobre, estoy en una calle sin lámparas entre sombras que no se sabe dónde nacen ni adónde van. Tengo frío. Es hermoso como la luz en otoño, o hermoso               
como cuando el cielo celeste se abre paso
entre las nubes grises que lo restringen. Entonces,
si yo pudiera hacer
lo que quiero estaría en el loquero,
           me abstengo de millones de comentarios.
Estoy aquí por tu problema y tu confianza,
         esa confianza tuya que me ha permitido renacer por segunda vez.
¿Será la gracia? ¿Será el sonido que,
anticipadamente surge del alta voz para llamar
a quienes concurren a estos laboratorios?
Tengo la medida de mi salud en mis manos.
             Paso las manos por las veredas y por las avenidas.
¿El regreso será también, perder la vista para no desear,
                               y poder incorporarse a una Secta?

Ya es hora de que pierdas el zapato.

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Alfredo Zitarrosa 1985.

Alfredo Zitarrosa 1985.

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